La semilla rociera arraigó en Almería al principio de la década de los ochenta. Varias familias, a nivel particular, ya acudían entonces a la romería de Pentecostés en la aldea almonteña. En la primavera de 1983 coincidieron de manera fortuita el granadino D. Antonio Sánchez Ramírez y el almeriense D. Ángel Sáez Hernández. En aquel encuentro surgió la devoción rociera como tema de conversación y, entonces, ambos individuos se descubrieron en su papel de personajes: el granadino era el Hermano Mayor de la Hermandad del Rocío de Granada y, el almeriense, iba a ser el fundador de la Hermandad del Rocío de Almería. Esa misma primavera, Sáez Hernández acudió al pregón rociero de la Hermandad de la ciudad de los cármenes, que fue pronunciado por el entonces presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, D. Ángel Díaz de la Serna y Carrión. Este encuentro fue decisivo pues, conforme Almonte supo de la existencia de la devoción rociera en Almería, puso en funcionamiento la maquinaria para que Almería tuviera, cuanto antes, su propia Hermandad del Rocío encargando, en principio, a la de Granada que fuera nuestra orientadora.
La asociación rociera de Almería instaló inicialmente su sede social en un local de la Avenida de Montserrat mientras que, como sede canónica, encontró amparo y cobijo en la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol. Su párroco, D. Eduardo Navarro López (Q.E.P.D.) realizó una incalculable labor como Director Espiritual en los primeros compases de andadura de esta hermandad. En mayo de 1984 ya estaba inscrita como asociación civil y con sus primeros estatutos redactados y presentados en el Obispado de Almería a la espera de su aprobación.
Los almerienses acudimos corporativamente al encuentro con la Virgen del Rocío por primera vez en el Rocío Chico de 1984 y ofrecimos nuestra primera misa ante la Blanca Paloma el sábado 2 de marzo de 1985, en la villa de Almonte y siendo aún asociación rociera.
Al ser la titular de las hermandades rocieras la patrona de la Villa de Almonte, nuestra principal insignia y elemento de culto es el Simpecado. Los almerienses encargamos el nuestro al orfebre sevillano D. Fernando Marmolejo Camargo -autor, entre otras joyas, del camarín de la Basílica de la Macarena- quien, siguiendo las ideas aportadas por NH D. Rafael López Usero, realizó la insignia trabajando con el oro y la plata que donaron los propios hermanos para su confección. El Simpecado de Almería llegó a la ciudad como regalo de Reyes en 1986 y fue bendecido en la Iglesia de San Pedro el 2 de febrero de ese mismo año, festividad de la Candelaria.