Nace en Madrid en 1912, y fallece en La Granja de San Ildefonso (Segovia) en 1989. Escultor e imaginero. Hijo y discípulo del escultor sevillano de gran renombre Lorenzo Coullaut Valera y sobrino nieto del escritor Juan Valera y Alcalá-Galiano. Al igual que su padre manifestaron su predominio y gusto por el monumentalismo figurativo en sus obras, siendo considerado el escultor de monumentos y retratos. Sus obras siguen los modelos castellanos y andaluces, con gran riqueza de policromías.
Para Almería realiza:
- Grupo escultórico de Jesús de la Oración en el Huerto en 1959-1960, misterio formado por dos imágenes, Cristo y un ángel que lo conforta, para la Hermandad del Silencio. No procesiona en la actualidad.
- Grupo escultórico de Jesús cargado con la cruz y ayudado por Simón de Cirene, Jesús del Camino, en 1959-1960, misterio formado por dos imágenes, para la Hermandad del Silencio. No procesiona en la actualidad.
- Grupo escultórico de Jesús de la Columna y Azotes en 1960-1961, misterio formado por dos imágenes, Cristo y un sayón, para la Hermandad del Silencio. No procesiona en la actualidad.
Jesús Resucitado en 1959 – 1960, para la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Almería, y titular de la misma, ha sido cedido para procesionar a la Hermandad de Jesús Resucitado Señor de la Vida que desde el año 2006 lo acompaña hasta 2019, ya que para el 2020 se bendecirá la nueva imagen titular cristífera realizada por el imaginero sevillano José María Leal Bernáldez.
Ésta de Collaut-Valera vino a sustituir a otro conjunto escultórico del artista y pintor local almeriense Antonio Robles Cabrera (1916 – 1994) siendo su primera aproximación a la talla en madera con estas esculturas en 1957. Este grupo escultórico de Robles Cabrera estaba formado por las imágenes en talla en madera a tamaño natural de Jesús, un ángel orante y un somnoliento soldado romano. Sin embargo, el resultado final no debió ser del agrado de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, y a los tres años de su realización fue sustituido por la imagen de Collaut-Valera, alegándose suponemos como elegante excusa su mal estado de conservación.
Este Resucitado sigue la línea de las esculturas de Jesús de la Oración, el Camino y la Columna, en cuanto a su anatomía atlética, la fuerte expresividad y su poblada barba. De estas efigies hemos de destacar el tratamiento de la anatomía y del cabello que, como en tantos otros escultores, no dejan de recordar algunas de las afamadas obras de Miguel Ángel Buonaroti. En sus hechuras se expresan la fuerte carga emocional, de atléticas anatomías y notable rotundidad de volúmenes, que las hace convertirse,
Así mismo, detenta una fuerte mirada penetrante hacia el cielo, mientras levanta el brazo derecho para alzar la cruz redentora, en además de triunfo, tras su salida del sepulcro. En consecuencia, una notable obra, un tanto denostada por la poca afortunada intervención del cordobés de Priego Cristóbal Cubero Martínez en 1996 con una estridente policromía que merma considerablemente sus calidades.
Representa con carácter triunfante a Jesús, que emerge transfigurado del sepulcro sellado, al tiempo que contempla orgulloso la Cruz de la Victoria sobre la muerte que sostiene en su mano derecha. El escultor madrileño ofrece una interpretación heroica del Varón en la que destacan la poderosa musculatura y la actitud dinámica del cuerpo en los instantes en que asciende a los cielos. El rostro, de facciones dulces y semíticas, irradia felicidad. La barba de Cristo es oscura y frondosa, y la larga cabellera se pierde por la espalda al tener elevada la cabeza hacia el simbólico madero. La policromía ha sido aplicada en tonos cálidos, mostrando las Cinco Llagas causadas durante la Crucifixión. El lienzo en el que fue amortajado le sirve de sudario, dejando parcialmente descubierta la cadera izquierda y formando una gran moña sobre la derecha. La última vez que procesionó fue en 2019.