Silencio

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REAL E ILUSTRE Y FRANCISCANA HERMANDAD Y COFRADÍA DE NAZARENOS DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA REDENCIÓN EN SU SAGRADO DESCENDIMIENTO Y MARÍA SANTÍSIMA DEL CONSUELO
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Historia

La Real, Ilustre y Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Redención en el Sagrado Descendimiento y Nuestra Madre María Santísima del Consuelo, popularmente conocida como Hermandad del Silencio, nació en el año 1946 en el seno de la Confederación Nacional de Sindicatos a iniciativa de varios altos cargos de la Delegación almeriense y dirigidos por el Canónigo Magistral de la S. y A. Iglesia Catedral de Almería y Consiliario de la Organización sindical D. José Antón Ortiz. La primera Junta General, celebrada el día 10 de junio de este año, aprobó los Estatutos fundacionales, ratificados el 20 de junio por el entonces Obispo de la Diócesis de Almería Mons. Enrique Delgado Gómez. Es su primer Hermano Mayor el alhameño D. Mario López Rodríguez. Desde este momento la Hermandad catalizará las inquietudes religiosas del mundo del trabajo en nuestra ciudad.

A lo largo de casi medio siglo, la Cofradía ha ido incrementando un digno patrimonio en el que destacan, como verdadero tesoro artístico, sus imágenes. La de María Santísima del Consuelo fue bendecida el día 10 de noviembre de 1946, habiendo sido tallada por el afamado escultor hispalense Antonio Castillo Lastrucci, que logró un rostro de exquisita dulzura, pleno de unción religiosa. Por deseo del Consiliario Antón, que era natural de Valladolid y había vivido en Zamora, la Imagen fue inspirada en la Virgen de la Soledad de esta ciudad castellana, y su advocación, por indicación de D. Miguel Vizcaíno Márquez, uno de los fundadores de la Hermandad, tomada de Nuestra Señora de Consolación de Tices (Ohanes). La otra Imagen titular de la Hermandad es el Santísimo Cristo de la Redención en el Sagrado Descendimiento. El grupo escultórico es obra del maestro Eduardo Espinosa Cuadros. Fue realizado en el taller familiar, en la calle Jesús y María de la capital granadina. Es sin duda un paso emblemático de la Semana Santa almeriense.

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Posee también la Hermandad otras imágenes que no procesionan en la actualidad, y que se deben a la gubia del madrileño Federico Coullaut-Valera. Coincide su realización con la etapa más floreciente e intensa en la vida de la Cofradía. En efecto, en 1960 se crearon en su seno las Congregaciones de Jesús del Huerto, formada por el Sindicato de frutas, Cámara Oficial Sindical Agraria y Hermandad local de Labradores, con sede canónica en la Parroquia de San Isidro, en el Barrio de Regiones Devastadas, y la Congregación del Cristo del Camino, formada por el Sindicato del Transporte, erigida en la Parroquia de San Antonio de Ciudad Jardín. Un año más tarde nace la Congregación de Jesús atado a la Columna, con sede en la Capilla de la Escuela de Formación e integrada por alumnos de la misma.

A estos años de esplendor, en los que llegaron a hacer Estación de Penitencia hasta mil doscientos nazarenos, siguieron años de imparable declive, que dieron al traste con la existencia de las Congregaciones adheridas, y con las suspensión, por falta de medios y apoyo de la Confederación nacional del Sindicato de la anual Estación de Penitencia algunos años alternos de la década de los años setenta.

Afortunadamente en 1978, incardinándose en el resurgimiento de las tradiciones cristianas de nuestra tierra, un grupo de jóvenes, a cuyo frente se encontraba el inolvidable Miguel Aparicio, se hacen cargo de la Hermandad y forman la primera Junta de Gobierno de esta nueva etapa. A lo largo de los años ochenta del pasado siglo, la Hermandad rescata de sus antiguas sedes las Imágenes no titulares, recibiendo culto en la Parroquia de San Agustín, atendida entonces por los PP. Franciscanos, y comenzando de nuevo a procesionar.

En 1983 se crea la primera cuadrilla de hermanos costaleros, y así sucesivamente durante los diez años siguientes se irán creando el resto de cuadrillas al tiempo que se comienza una renovación total del patrimonio procesional de la Cofradía, siendo lo más destacado la ejecución por parte de los talleres sevillanos de Villareal del paso de Mª Stma del Consuelo.

En 1996 la Hermandad incorporó la música en el paso de palio y la música de capilla en el paso de Misterio, a la que siguió la unificación y transformación del hábito de los nazarenos, eliminado así el variado colorido de los hábitos procesionales que no estaban acorde con el auténtico espíritu de la Hermandad, y recibiendo el título de Hermandad Franciscana con motivo del cincuenta aniversario de su fundación, título que ostenta en recuerdo de los PP. Franciscanos que desde sus primeros inicios hasta el año 2012 han sido Consiliarios de esta Hermandad.

En julio de 1999 la Hermandad elige nueva Junta de Gobierno, cuyo hermano mayor será Manuel Vicente Barranco Rodríguez, comenzando aquí una valiente reforma y vuelta a los orígenes y espíritu de la fundación. Así, en Cabildo general celebrado en Enero de 2000 y a propuesta de la Junta de Gobierno, se tomó la decisión de procesionar solamente con los pasos titulares del Descendimiento y la Virgen del Consuelo, volviendo así a los orígenes fundacionales y buscando una mayor autenticidad penitencial.

Se inician entonces los trabajos en el nuevo paso de misterio, siendo encargado este trabajo al tallista sevillano Francisco Castillo Galán. Además, la renovación estética del paso de misterio lleva a presentar vestidas las imágenes del misterio y con preseas de orfebrería de alpaca sobredorada.

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De igual manera, se modificaron los actos de culto interno consiguiendo una mayor espiritualidad de los hermanos y fomento de la devoción popular. Si bien es cierto que esta decisión en su día estuvo acompañada de cierta polémica e impopularidad y dolorosa para los miembros de la Hermandad, no es menos cierto que también fue calificada por muchos sectores cofrades de la ciudad como valiente y muy necesaria, como ha quedado demostrado en la historia reciente de nuestra Hermandad.

Actualmente son Hermanos Mayores Honorarios S.M. el Rey Felipe VI y las Infantas Doña Elena y Doña Cristina de Borbón y la Comandancia de la Guardia Civil de Almería.

La Hermandad realiza anualmente, además de sus cultos internos en Cuaresma y en torno a la fiesta de la Natividad de la Virgen, la Estación de Penitencia en la noche del Jueves Santo en cuyo transcurso puede admirarse buena parte de los enseres que posee destacando los bordados de la almeriense Carmen Góngora y en el taller de la Hermandad y la orfebrería de los talleres sevillanos de Villarreal, presentando un completísimo juego de insignias. Precede a su inicio, la ceremonia en la que todos los integrantes en el cortejo hacen promesa de guardar absoluto silencio durante todo el itinerario, constituyendo el procesionar de esta Cofradía un modelo de orden y respetuosa actitud penitencial que la ha caracterizado desde su fundación.

Titulares

SANTÍSIMO CRISTO DE LA REDENCIÓN EN SU SAGRADO DESCENDIMIENTO

El misterio fue encargado por la Hermandad en 1946, haciendo Estación de penitencia en la Semana Santa de 1948. Su coste fue de 125.000 pesetas y es obra de Eduardo Espinosa Cuadros. Representa el descendimiento de la cruz de Jesús yacente por Nicodemo y José de Arimatea subidos en altas escaleras y ayudados por San Juan, mientras contemplan la escena María de Cleofás, María Magdalena y María Santísima. Cristo se nos muestra totalmente descolgado de la Cruz, con sus brazos casi desencajados por el peso del cuerpo y en una posición totalmente inerte, aún sin el rigor mortis pero con aspecto totalmente cadavérico: ojos amoratados y boca dulcemente abierta, su pelo se deja caer sobe el pecho. Una gran sábana de lienzo blanco, al más puro estilo judío realza la imagen de cadáver de Divino Redentor. La imagen del Cristo fue restaurada en el año 1999 por Fernando del Toro, quien restauró también en el año 2008 a María de Cleofás, María Magdalena y María Santísima realizándoles nuevos cuerpos de vestir.

En 2014 las Imágenes de San Juan Evangelista y los Santos Varones (Nicodemo y José de Arimatea) fueron restauradas por Enrique Salvo Rabasco, quien llevó a cabo un profundo tratamiento de consolidación en las Imágenes que se encontraban muy deterioradas. También se recuperaron las cualidades pictóricas y plásticas de las policromías, ya que se encontraban muy oscurecidas y viradas por diversos tratamientos muy agresivos sobre ellas y el paso del tiempo.

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MARÍA SANTÍSIMA DEL CONSUELO

En la posguerra la producción de Antonio Castillo Lastrucci se multiplica, hasta el punto de expandirse por toda la geografía española y americana.

Fruto de esta diversificación especial de su producción será la presencia en Almería de la hermosa imagen de la Virgen del Consuelo, titular de la Hermandad del Silencio. Moldeada y tallada en 1946, se trata de una bellísima dolorosa, cuya iconografía no se duda de calificar de insólita dentro del catálogo del artista hispalense. A diferencia de los castizos prototipos marianos creados por Castillo en las populares vírgenes sevillanas, como la Hiniesta o la O, en la Virgen del Consuelo la extroversión de aquellas cede el testigo a un depurado y hondo misticismo, evadiendo en un semblante introspectivo, de intimista, ensoñador y recogido sentimiento de dolor. Iconográficamente, el artista evoca una joven de bellas y finas facciones, exquisitamente trazadas y resaltadas con morenas y sonrosadas carnaciones. El rostro, inscrito en un óvalo perfecto, del que apenas sobresale en mentón, se resuelve con gran limpieza de volumen y tratamiento de planos muy sueltos, subrayados por el suave modelado de los pómulos y párpados y el acertado dibujo de la nariz y arcadas ciriales, levemente contraídas por el efecto del sufrimiento. Desde el punto de vista estilístico, la Virgen del Consuelo se sitúa en una etapa creativa, en la que Castillo Lastrucci va despegándose de las miméis del natural y tiende hacia interpretaciones más personales, en las que el rostro femenino va haciéndose cada vez más aniñado, a la par que los rasgos se miniaturizan y se tornan más menudos, a semejanza de los modelos del genial escultor, pintor y arquitecto del Barroco, Alonso Cano.

Los ojos entornados, los contenidos labios y las manos entrelazadas a la altura del pecho aportan a la Virgen del Consuelo una delicada expresión de dulzura y serenidad que, rehuyendo de rebuscados efectos teatrales, entroncan su iconografía con la de las dolorosas talladas en Andalucía oriental en el siglo XVII por artistas como Pedro de Mena, José de Mora y José Risueño entre otros. Por su parte, sus filiaciones con la estética sevillana afloran en pormenores como su extraordinaria belleza y su depurado acabado técnico. No obstante, la Virgen del Consuelo no deja implicar la versión particular por parte de Antonio Castillo Lastrucci, de un esquema interpretativo de «la Pasión» de la Virgen, de honda raigambre en el arte español de la edad moderna, recreado así mismo en el siglo XX por artistas como Mariano Benlliure en la Virgen de la Soledad de la Catedral Nueva de Salamanca y Ramón Álvarez en la Soledad de Zamora. En su calidad de imagen procesional, la Virgen del Consuelo exhibe unos manifiestos valores comunicativos y plásticos, acrecentados por el simbolismo de los atributos suntuarios de la platería y bordado que contribuye a su exorno y aquilatan sus calidades estrictamente escultóricas, de esa manera tan sugestiva y explícita a la que, simbólicamente, se alude en los salmos:

«de pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir.. Ya entra la princesa, bellísima, vestida de perlas y brocado, la llevan ante el rey con séquito de vírgenes, la siguen sus compañeras: la traen entre alegría y algazara, van entrando en el palacio real».

Las manos fueron restauradas en 1982 por Luis Álvarez-Duarte, quién le sustituyó las pestañas y las lágrimas por unas nuevas en 2001.

En 2010 fue restaurada por Enrique Salvo, quien llevó a cabo una Restauración más en profundidad.

Sede Canónica

Iglesia de San Agustín. C/ Jesús de Perceval, 18

Construida en 1931, bajo la prelatura del obispo agustino don fray Bernardo Martínez Noval, siendo primeramente una pequeña iglesia levantada para uso de los PP. Franciscanos, establecidos en Almería desde 1929. En 1936 tras los daños de la guerra, la iglesia se restaura y amplia por D. Guillermo Langle Rubio, que vuelve a adaptarla a la forma actual tras la erección como parroquia en 1947, de ahí que se conserven dos fachadas, la más antigua e interesante, a la actual calle Jesús de Perceval, y la principal a la Rambla Alfareros.

El interior de la iglesia muestra una planta basilical de tres naves separadas por pilastras, la nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos, en el centro del crucero cuatro arcos torales de medio punto y rosca doblada, sostenidos por pilares, con pechinas decoradas con santos franciscanos.

La capilla mayor la coronan tres arcos concéntricos decorados con pinturas, cinco paños presididos por Cristo Rey, a la izquierda se recrea la Inmaculada Concepción, acompañada de los doctores franciscanos que defendieron el dogma, y los papas Sixto IV (que instituyó la fiesta) y Pio IX (que estableció el dogma); a  la derecha se recrea la composición con una representación de la Asunción de la Virgen junto a otro grupo de Franciscanos y el Papa Pio XII (que definió el dogma).

En el centro de la cabecera se abre un camarín que alberga una bella imagen de la Inmaculada obra de José Díez López (1965), y a ambos lados en sendas hornacinas, San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán.

Completan la imaginería del frontal del templo, las recientes imágenes de San Agustín y San Indalecio, obra de D. Enrique Salvo Rabasco.

En la nave izquierda destacan los retablos de San Antonio de Padua, el de la Virgen del Consuelo (actualmente ocupado por el Cristo de la Columna) y la capilla del baptisterio, donde actualmente recibe culto la Virgen del Consuelo. Recientemente se creó también la capilla franciscana, donde recibe culto la imagen de San Francisco que abraza a la cruz, San Diego de Alcalá, y las reliquias franciscanas que posee la Parroquia.

En la nave derecha destacan la capilla del Descendimiento, así como la de la Virgen del Tránsito en su Asunción a los cielos y la imagen del Cristo del Camino.

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